21/11/2017
La Interprofesional del Aceite de Orujo de Oliva (ORIVA) y el CSIC activan el estudio “Evaluación del efecto en la salud del aceite de orujo de oliva en consumidores sanos y en población de riesgo”, que analizará la influencia de la calidad de la grasa de este aceite. Además, investigará cómo su contenido en componentes minoritarios (ácidos y dialcoholestriterpénicos, escualeno, tocoferoles, esteroles, alcoholes grasos alifáticos y compuestos fenólicos) afecta a la salud cardiovascular tras su consumo, comparándolo con los efectos de otro aceite vegetal de uso habitual.
La investigadora a cargo de este estudio, cuya duración será de tres años, es Raquel Mateos, Científico Titular del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN-CSIC), que desarrollará un estudio clínico para determinar el efecto del consumo de Aceite de Orujo de Oliva sobre biomarcadores que regulan la función cardiovascular y otras patologías relacionadas, como la hipertensión, la diabetes o la obesidad.
En esta línea, encontramos que la Dieta Mediterránea es un excelente patrón alimentario, caracterizado por el consumo de grasa monoinsaturada. Según Raquel Mateos “el aceite de orujo de oliva es una grasa preferentemente de este tipo, pues contiene hasta un 85% de ácidos grasos monoinsaturados, en especial ácido oleico C18:1. También ofrece un amplio rango de compuestos minoritarios como compuestos triterpénicos pentacíclicos, escualeno, tocoferoles, esteroles, alcoholes grasos alifáticos y compuestos fenólicos, con potencial actividad biológica clave en el mantenimiento de la salud”. Así, partiendo de las propiedades relacionadas con el consumo de aceite de orujo de oliva, este estudio avalaría su mayor uso dentro de una dieta equilibrada.