25/10/2021
No se puede dudar que los efectos del cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos y recurrentes que hemos sufrido en los últimos años, tienen a agricultores y ganaderos en alerta. Esta situación pone de manifiesto la necesidad creciente de proteger las explotaciones con un seguro agrario que ayude a afrontar el futuro con mayor seguridad.
Seguro de cultivos herbáceos
La llegada del otoño abre la contratación del seguro de cultivos herbáceos, y con ello, la protección de producciones como el trigo, la cebada, la avena, el centeno, el arroz, el girasol, el maíz, el garbanzo, la lenteja o la judía, entre otros cultivos.
Ahora es el momento de suscribir las opciones del seguro que ofrecen cobertura frente a la sequía, un fenómeno que, de forma más o menos severa, se ha repetido a lo largo del tiempo hasta representar el riesgo que, junto con el pedrisco, más daños ha generado en los últimos años.
Para apoyar el Seguro Agrario de Cultivos Herbáceos, Agroseguro promueve de nuevo una bonificación del 5% para los agricultores que hayan contratado el seguro (módulos 1 ó 2 en secano) en la anterior cosecha y ahora lo renueven en las condiciones que marca esta línea de seguro. Una ventaja a la que se acogieron, el pasado año, el 75% de los agricultores que aseguraron su producción de cultivos herbáceos.
Son cifras importantes si se tiene en cuenta la relevancia que tiene la producción de herbáceos dentro del sector agrario español. En concreto, y en los últimos años, el valor de la producción asegurada ha superado los 3.500 millones de euros.
Para la última cosecha se suscribieron más de 132.000 pólizas de seguro que dieron cobertura a una superficie de 4,8 millones de hectáreas y una producción de 19 millones de toneladas.
Frutos secos, olivar y uva de vino
Respecto a los frutos secos, el aseguramiento del almendro está cada vez más presente, con un crecimiento de la producción asegurada del 278% entre 2015 y 2019, hasta alcanzar las 79.924 toneladas aseguradas en la campaña 2020.
Asimismo, el incremento de la producción asegurada de pistacho también ha aumentado un 170% desde 2015. Entre las novedades de esta línea, se han actualizado los precios de aseguramiento, ajustándolos a las condiciones de mercado, y se ha distinguido al avellano como clase de cultivo, contando -para los módulos 1 y 2- con asignación de rendimientos y nivel de riesgo individualizado, y adelantando su periodo de contratación.
En el caso del seguro de olivar, ahora es el momento de acceder a los módulos 1 y 2 del seguro agrario, que protegen frente a los daños por pedrisco, lluvia, viento o incendio, entre otros riesgos, y permiten asegurar dos cosechas consecutivas. Además, también se ha iniciado el periodo de suscripción del seguro de uva de vino, muy afectado por las graves heladas producidas durante la primavera y las tormentas de pedrisco previas a la vendimia, que confirman la utilidad del aseguramiento, que durante la pasada cosecha creció hasta rozar los 3,2 millones de toneladas de producción asegurada y los 1.100 millones de euros de capital asegurado.
Los seguros pecuarios, hortalizas como lechuga, brócoli, acelga, alcachofa o espárrago… entre otras; fresón, frutos rojos, la nueva línea de seguro de ajo… también protagonizan el último trimestre del año, y que garantizarán –un año más- la tranquilidad de los agricultores y ganaderos frente a los fenómenos meteorológicos tan violentos que, tristemente, comienzan a ser demasiado habituales.