En el sector agropecuario, la innovación suele asociarse a la maquinaria o la biotecnología. Sin embargo, a veces la revolución más importante ocurre en la sala de máquinas de la gestión empresarial. Este es el caso de Delagro, la potente cooperativa de segundo grado cuya influencia se extiende con fuerza desde el norte de Portugal por toda la cornisa cantábrica hasta el País Vasco. Su historia reciente no trata sobre un nuevo producto, sino sobre una transformación silenciosa en su gestión que bien podría marcar un antes y un después en el sector.
Conocemos a Delagro por su peso en el mercado: una entidad que agrupa a 19 cooperativas socias y sirve como pilar para más de 25.000 familias. Lo que ha captado nuestra atención es su activo estratégico más importante, uno que su propio gerente, Martín Díaz, no duda en calificar como "la joya de la corona": un software de gestión empresarial (ERP) construido a medida.
La decisión valiente: construir en vez de comprar
Hace más de una década, la dirección de Delagro se enfrentó a una encrucijada común: su software se había quedado obsoleto. Se sentían, en sus propias palabras, "cuatro o cinco pasos por detrás de la industria tradicional". La ruta convencional habría sido adquirir una solución estándar. Sin embargo, Delagro tomó el camino menos transitado, una apuesta audaz en su momento: decidieron construir su propio ERP desde cero.
¿La razón? Comprendieron que su complejo modelo de negocio —con más de 60 marcas y perfiles de clientes muy diversos— no cabía en una solución enlatada. Necesitaban una herramienta que hablara su mismo idioma. La solución la encontraron al apoyarse en una plataforma para crear soluciones a medida sin partir de cero que les proporcionó la flexibilidad para codificar su ADN en el software. El resultado es un sistema nervioso central que potencia su modelo de negocio.
Las claves del éxito tecnológico de Delagro
Analizando su caso, se pueden extraer varios pilares que explican el impacto transformador de su apuesta tecnológica:
Una innovación con alma: el compromiso como eslógan
Más allá de los logros técnicos, lo que consolida el modelo de Delagro es que su tecnología está impregnada de sus valores. La palabra que define a la cooperativa es "Compromiso". Compromiso con la evolución, la sostenibilidad y, sobre todo, con el medio rural. En un contexto donde se debate sobre el reto de la 'España vaciada', Delagro ejerce como un motor económico y social que fija población.
Esta misión se refleja en la herramienta que han construido. Un software transparente y colaborativo es la garantía que permite a Delagro cumplir su compromiso con esas 20.000 familias que dependen de su buen hacer.
Un modelo para el sector agropecuario
La historia de Delagro es mucho más que un caso de éxito de software. Es una lección estratégica para todo el sector. Demuestra que es posible alcanzar una sofisticación tecnológica de primer nivel sin perder los valores del cooperativismo y rompe el mito de que las soluciones a medida son un lujo inalcanzable.
La historia completa, rica en detalles, se puede consultar en el caso de éxito Delagro por Velneo, una lectura que recomendamos a cualquier directivo del sector.
En definitiva, lo que ocurre en Delagro es la prueba de que la próxima gran revolución agraria podría no estar solo en el campo, sino en la inteligencia con la que gestionamos nuestras organizaciones, impulsados por una visión clara y una tecnología, la de Velneo, a la que, sin duda, habrá que seguirle la pista.