Son cada vez más los profesionales de la agricultura que consideran este modelo como el único verdaderamente viable en el horizonte. Es el caso de Yara, compañía de referencia a nivel mundial en el sector. Como ya hemos visto anteriormente en AGRICULTURA, en Yara lo entienden como un enfoque sistemático y basado en resultados para adoptar las mejores prácticas agrícolas sostenibles que afecten positivamente a la naturaleza y al clima en cinco temas: clima, biodiversidad, salud del suelo, prosperidad y uso eficiente de recursos. Este último aspecto se erige como un pilar fundamental.
De hecho, las soluciones para cultivos de Yara tienen el objetivo de ayudar a producir más con menos mediante la eficiencia en el uso del agua y la aplicación de los nutrientes de forma correcta, en la cantidad exacta y en el momento oportuno.
¿Qué significa ser eficiente con los recursos?
La eficiencia en el uso de los recursos en la agricultura se centra en dos insumos fundamentales: los nutrientes y el agua. El paradigma tradicional a menudo implica aplicar grandes cantidades de fertilizantes para asegurar la disponibilidad de nutrientes, un enfoque que conlleva importantes ineficiencias y problemas ambientales.
Por un lado, el desafío del fósforo (P), un macronutriente vital conocido por su baja disponibilidad. Una porción significativa del P aplicado se fija en el suelo, formando compuestos que las plantas no pueden absorber. Esto no solo representa un desperdicio económico para el agricultor, sino que también contribuye a problemas ambientales como la eutrofización de masas de agua.
Por otro, el problema del nitrógeno (N), otro nutriente esencial, que está sujeto a pérdidas significativas por volatilización a la atmósfera y lixiviación hacia las aguas subterráneas. Estas pérdidas suponen un coste directo para el agricultor y una huella ambiental considerable.
Mejorar la forma en que las plantas absorben y utilizan estos nutrientes es, por lo tanto, una palanca crítica para la agricultura regenerativa. Aquí es donde entran en juego los bioestimulantes, no como fertilizantes en sí mismos, sino como catalizadores que mejoran la nutrición vegetal y la tolerancia al estrés.
Bioestimulación = resultados y ahorro
Los bioestimulantes son una parte integral de los programas de nutrición de los cultivos y una solución vital para la agricultura sostenible. Está demostrado que mejoran la eficiencia en el uso de los nutrientes, aumentan la tolerancia al estrés abiótico y mejoran la calidad de los cultivos.
El portafolio de bioestimulantes de Yara está diseñado para abordar directamente los retos y debilidades del sistema convencional de cultivo y promover un cambio desde hacer cosas por costumbre a hacerlas con propósito. Dos productos, en particular, ejemplifican este enfoque dirigido: YaraAmplix OPTIMIZE™ para la eficiencia del fósforo y YaraAmplix OPTIVI ™ para la eficiencia del nitrógeno.

YaraAmplix OPTIMIZE™: liberando el fósforo bloqueado
El desafío con los fertilizantes granulados de fósforo es que su efectividad a menudo se ve limitada por la química del suelo. La solución innovadora de Yara es recubrir estos fertilizantes, como YaraMila NUTRI P, con una tecnología bioestimulante patentada: YaraAmplix OPTIMIZE™.
Esta tecnología está diseñada para mejorar la capacidad de la planta para acceder y utilizar el fósforo del gránulo de fertilizante y del suelo circundante. Ensayos recientes y rigurosos proporcionan evidencia convincente de su eficacia.
En una serie de 12 ensayos replicados realizados en 2024, YaraAmplix OPTIMIZE™ demostró una mejora significativa y consistente en la eficiencia en el uso de nutrientes (NUE). Los resultados, que abarcaron diferentes tipos de suelo y categorías de pH, mostraron que recubrir un fertilizante NPK con esta tecnología aumentaba la eficiencia de la planta en el uso de los nutrientes aplicados. Esto se traduce en más biomasa producida por unidad de fertilizante aplicado, una métrica directa de optimización de recursos. Al hacer que el fósforo sea más biodisponible, YaraAmplix OPTIMIZE™ ayuda a cerrar la brecha de eficiencia, reduciendo la necesidad de aplicaciones excesivas y minimizando el impacto ambiental.
Optimizando el metabolismo del nitrógeno con YaraAmplix OPTIVI™
El nitrógeno es un pilar del rendimiento de los cultivos, pero su metabolismo es muy sensible a los estreses ambientales. YaraAmplix OPTIVI™, un hidrolizado de proteínas de origen vegetal producido mediante hidrólisis enzimática, está formulado específicamente para mejorar la eficiencia en el uso del nitrógeno y reforzar la resiliencia de los cultivos.
Su modo de acción es multifacético y está respaldado por una extensa I+D, que incluye más de 47 ensayos en 12 cultivos diferentes. YaraAmplix OPTIVI™ aumentando la eficiencia en el uso del nitrógeno al estimular enzimas clave involucradas en su metabolismo y apoyar un crecimiento radicular robusto; mejorando la tolerancia al estrés, ya que, bajo estrés hídrico, YaraAmplix OPTIVI™ desencadena una respuesta fitohormonal beneficiosa; protegiendo la capacidad fotosintética; y mejorando la gestión del agua.
Estos beneficios fisiológicos se traducen en plantas más eficientes. Un análisis exhaustivo de 32 experimentos científicos demostró que YaraAmplix OPTIVI™ mejora numéricamente los rasgos relacionados con el rendimiento. Además, los ensayos de campo demostraron que esta solución no solo aumenta el rendimiento, sino que también incrementa significativamente la exportación de nitrógeno a los granos y frutos, lo que significa que el producto permite producir más por unidad de nitrógeno aplicado.
La integración estratégica de bioestimulantes como los descritos en programas de nutrición de cultivos representa una evolución hacia una gestión agrícola más inteligente y respetuosa, ya que mejoran los procesos biológicos dentro de la planta y en el suelo contribuyendo directamente a los principios centrales de la agricultura regenerativa, es decir, a perfeccionar el uso de los recursos, a mejorar la salud del suelo y a profundizar en la resiliencia climática de los cultivos.
El camino hacia una agricultura verdaderamente sostenible solo es posible con una transición hacia modelos que potencien los procesos naturales. Los bioestimulantes, con su carga innovadora, pueden ser uno de los motores de este cambio.