La actual crisis generada por la COVID-19 ha ahondado, y llevado a los titulares, el problema de la escasez de mano de obra en las labores agrícolas. Un problema al que muchos actores, como nosotros en Sembralia, intentamos aportar soluciones, y cuyas perspectivas a corto y medio plazo no parecen ser halagüeñas para el sector agrario. A corto plazo la movilidad se verá afectada, restringiendo el movimiento de mano de obra agrícola y presionando los costes al alza, hasta incluso forzar el abandono de cultivos por la imposibilidad de su recogida. Algo que ya está sucediendo.
Y todo esto en un contexto de fuerte crecimiento demográfico, y una mayor exigencia de los consumidores. Al agricultor se le exige que produzca más cantidad, más barato, mejor calidad y más sostenible, reduciendo y/o eliminando residuos y restringiendo la aplicación de múltiples soluciones fitosanitarias. Probablemente, la actual crisis también imponga estándares mucho más altos en la manipulación de toda la cadena agroalimentaria, incluyendo la reducción en el contacto del producto con humanos.
Precisamente a estos problemas se dirigen las soluciones que persigue, y ya ofrece, la robótica orientada a la agricultura. No cabe duda de que el futuro de la agricultura pasa por la innovación y la utilización de herramientas tecnológicas, lo que necesariamente incluye robots agrícolas. De hecho, según un informe de la consultora especializada Tractica, se espera un crecimiento exponencial en el sector, pasando de 60.000 robots comercializados en 2008 a más de 700.000 en el año 2025.
Las tareas del campo son repetitivas, sucias e intensivas en cuanto a trabajo físico. En definitiva, labores tediosas que son susceptibles de ser robotizadas. Dentro de éstas, los mayores esfuerzos se dirigen a automatizar las actividades de laboreo, siembra, control de plagas o malas hierbas, así como el proceso de cosecha.
En el camino hacia la robotización debemos ir adoptando técnicas de agricultura de precisión, conociendo mejor nuestras parcelas y la previsible evolución de los cultivos. La recopilación y analítica de datos es la clave, y debe basarse en la generalización de herramientas como la teledetección, que nos permitan mapear, modelar y planificar nuestros cultivos, reduciendo nuestros costes, haciendo más eficiente la aplicación de insumos y optimizando el laboreo.
¿Cómo funciona un robot agrícola?
Un robot agrícola consta de un sistema de guiado autónomo, sistema que le permite dirigirse a la parcela, desplazarse por ella y volver autónomamente a su punto de entrega o de recarga. La Inteligencia Artificial juega un papel clave, principalmente a través de sistemas de “computer vision”, que permiten identificar hechos (como las malas hierbas, o el estado óptimo para la recogida de un fruto). A partir de ahí, aparecen distintas soluciones mecánicas, como brazos articulados que realizarán la tarea encomendada (siembra, cosecha, fertilización…).
En lo que se refiere a la eliminación de malas hierbas y el tratamiento de plagas, la robótica agrícola se apoya en distintas técnicas, pero con una premisa fundamental: reducir (e incluso eliminar) la aplicación de productos químicos. Los robots para esta tarea ya son una realidad, aunque algunos de ellos siguen en fase de desarrollo. Por ejemplo, existen robots que utilizan sistemas mecánicos para cortar las malas hierbas, www.vitirover.fr, www.naio-technologies.com, www.farmwise.io o www.deepfield-robotics.com.
Otros utilizan mini-descargas eléctricas direccionadas para este fin: www.smallrobotcompany.com. También los hay que simplemente aplican mini-dosis de herbicida, como www.ecorobotix.com. O incluso microdosis de aceites a alta temperatura para su eliminación individual: www.tensorfield.ag.
Dentro de la segunda gran área (los robots de cosechado), existen actualmente múltiples proyectos que permiten recolectar cultivos especialmente intensivos en trabajo, como espárragos, www.cerescon.com, distintas alternativas para la recogida de frutas como manzanos, www.abundantrobotics.com, o fresas (destacando especialmente la iniciativa onubense, impulsada por el Centro Tecnológico de la Agroindustrial de Huelva www.agrobot.com, que revolucionará la recogida de fresas tanto en España, como a nivel internacional). Si hablamos de horticultura, www.automatorobotics.com es una iniciativa que persigue proporcionar robots asequibles a nuestros agricultores, orientándose principalmente a los pequeños invernaderos y con diversas iniciativas orientadas a la huerta almeriense, que nos introducen más adelante sus fundadores.
La utilización de drones en aplicación de herbicidas es un área especialmente consolidada y con numerosas soluciones que ya están en práctica. Lo que se avecina ahora es la recogida aérea de determinados frutos, una solución que propone la start-up www.tevel-tech.com, que pretende revolucionar la recolección en frutales.
Si bien algunas de las soluciones mencionadas ya están en fase de comercialización, otras todavía se encuentran en fase de prototipo y lanzamiento, por lo que aún tardaremos algunos años en verlas funcionando en nuestros campos.
Este es un futuro al alcance de la mano, las ventajas son muchas, pero solo la generalización permitirá solucionar algunos los grandes problemas existentes. La robótica, como la maquinaria, exige una importante inversión económica, por eso es necesario dirigir la industria hacia robots asequibles que la hagan accesible a todos los agricultores.
Para ello se necesita el esfuerzo y el apoyo de todos, empezando por los gobiernos que deben proveer de un marco regulatorio adecuado, además de apoyar el emprendimiento y la investigación, favoreciendo la asignación de recursos (tanto por parte del sector público como del privado) y por supuesto, apostando por la formación y por la conectividad, claves en el objetivo de reducir la brecha tecnológica que afecta tanto al entorno rural.
Un ejemplo de robot agrícola: Automato Con su foco puesto en los invernaderos almerienses, y específicamente en la recolección de tomates y otros productos hortícolas, la start-up Automato Robotics ofrece una posible solución a varios de los problemas que actualmente enfrenta el sector. Detrás de Automato (Foto 1) están dos ingenieros israelíes, Dror Erez y Eyal Udassin, con dilatada experiencia en el mundo del software que nos hablan sobre su visión sobre el laboreo agrícola en un futuro cercano: Pregunta. ¿Podríais describirnos vuestro robot, qué tareas realiza y cuál es su estadio? Respuesta. Nuestra visión es desarrollar una nueva fuerza laboral para la agricultura basada en robots asequibles. Como primer paso hemos desarrollado un robot con un coste reducido orientado a cosechar tomates en invernaderos. Automato ha desarrollado un prototipo de robot que ya ha sido testado en un entorno operativo en Israel. Para llevar el robot al mercado tan solo hay que optimizar las capacidades del robot en otros entornos, como pueden ser los invernaderos de Almería. P. ¿Qué problemas soluciona Automato y cuál es vuestra propuesta de valor? Respuesta. Trabajamos para ayudar a resolver la crisis laboral existente en el sector agrícola a nivel mundial y cumplir nuestra visión de ayudar a cada agricultor a aumentar su rentabilidad y eficiencia y garantizar el futuro de su explotación, ofreciendo una fuerza laboral mecanizada que asegure una capacidad y calidad de trabajo estable y eficaz. Automato es actualmente la única solución robótica para entornos pasivos que requieren maniobras y navegación en el suelo y consigue detectar el fruto en condiciones complejas, ofreciendo a la vez análisis detallados sobre el rendimiento de la parcela. |
Nota: Todo aquel que quiera profundizar encontrará más información al respecto en la aceleradora austriaca, AIL, www.agroinnovationlab.com, con numerosas referencias y observaciones sobre robótica y su aplicación agrícola.
Más Información: www.sembralia.com o @DanielMtnzMe