Las extracciones del cultivo de colza son relativamente elevadas en
macronutrientes, especialmente en nitrógeno, y también en algún nutriente
secundario, como es el caso del azufre. La producción que puede alcanzarse y la
fertilidad propia del suelo determinan las necesidades totales de nutrientes en
una parcela.
Se ha podido comprobar que, alcanzar un crecimiento suficiente (alrededor
de 1,5 kg/m2 de materia fresca aérea) antes de la parada invernal,
garantiza una producción final de grano cercana al potencial máximo de la
parcela, siempre que el manejo posterior sea adecuado y sin accidentes
remarcables. Realizar siembras tempranas, aportar fertilizantes antes de la
siembra o que la fertilidad del suelo sea elevada, son algunos de los factores
que aumentan la probabilidad de lograr una producción de biomasa adecuada antes
del invierno.
Estrategias de
fertilización con deyecciones ganaderas y otros fertilizantes orgánicos
Es muy recomendable la utilización de deyecciones ganaderas, en el caso de
que la explotación disponga de éstas. Tienen un elevado valor fertilizante en
macronutrientes y su aplicación en el suelo tiene efectos positivos sobre la
fertilidad física, química y biológica del suelo. También contienen cantidades
importantes de micronutrientes y elementos secundarios (por ejemplo, azufre),
que contribuyen a mantener niveles adecuados de estos nutrientes en el suelo.
La estrategia de fertilización con deyecciones ganaderas (u otros fertilizantes
orgánicos) recomendada consiste en:
- Aportar
deyecciones, sólidas o líquidas, antes de sembrar la colza: como máximo el
40-50% del nitrógeno total que se prevea aplicar al cultivo a lo largo de todo
el ciclo, en el caso de deyecciones sólidas, y no más del 25-30% en el caso de
deyecciones líquidas. Así se permitirá un desarrollo inicial del cultivo
adecuado y se alcanzará una producción de biomasa suficiente antes de la parada
invernal. Si el cultivo precedente en la rotación ha sido una leguminosa (haba,
guisante…), o si habitualmente se aplican deyecciones ganaderas en el conjunto
de la rotación, la proporción de dosis recomendada puede ser inferior a la
indicada. Hay que tener en cuenta que con la aplicación de estos materiales se
están aportando otros macronutrientes (fósforo y potasio), elementos
secundarios y micronutrientes necesarios para el cultivo.
- Aportar
deyecciones líquidas (purines, fracciones líquidas de purines…) en cobertera
temprana, cuando el cultivo todavía está en estadio de roseta (antes de la
elongación del tallo de la planta). En este momento se aportan nutrientes,
especialmente nitrógeno, al inicio del período de máximas extracciones del
cultivo. Este nitrógeno se encuentra en forma mineral, disponible de forma
inmediata por el cultivo. Para su aplicación es necesario utilizar equipos de
aplicación de mangueras o tubos colgantes que permitan aplicar dosis moderadas
y realizar una distribución uniforme. Asimismo, la utilización de
conductímetros, manuales o instalados en la cisterna, permite realizar
estimaciones suficientemente precisas del contenido de nutrientes de las
deyecciones, con el fin de adecuar la dosis a aplicar.
- Puede ser
interesante aportar fertilizante nitrogenado mineral en cobertera tardía,
especialmente en caso de que las previsiones de producción sean elevadas. Este
aporte se puede realizar con equipos de aplicación de fertilizantes minerales,
que producen menos daños sobre el cultivo en el momento de la aplicación,
aunque también se puede aportar a través del riego si se dispone de sistemas de
aplicación de agua que lo permitan y realicen riegos uniformes (aspersión, pivote,
…). Hay que tener en cuenta que un exceso de nitrógeno perjudica el rendimiento
en aceite del grano, uno de los principales aspectos de calidad del cultivo de
colza, y que, además no tiene por qué comportar un incremento en el
rendimiento.
Estrategias de
fertilización con fertilizantes minerales
La estrategia recomendada en el caso de plantear la fertilización del
cultivo exclusivamente con abonos minerales, se puede sintetizar en:
- Antes de la siembra
del cultivo se recomienda aportar todo el fósforo y potasio que se pretenda
aplicar al cultivo. En cuanto al nitrógeno, en este momento se aportará un
20-30% del nitrógeno total previsto, preferiblemente en formas que alarguen el
período de disponibilidad de éste (por ejemplo: formas ureicas preferiblemente
a formas nítricas). En relación con el azufre, antes de la siembra del cultivo
se aplicará hasta un 50% del azufre total que se pretenda aportar al cultivo.
- El resto de la
dosis prevista de nutrientes, se aportará en cobertera, cuando el cultivo
todavía se encuentre en estadio de roseta. Es importante, puesto que es un
aspecto clave hacer una buena estimación de la dosis de nitrógeno a aplicar en
cobertera, utilizando herramientas de ayuda en la toma de decisiones. En caso
de que las dosis de nitrógeno a aportar en este momento sean elevadas (por
ejemplo, superiores a 100 kg nitrógeno/ha), es preferible fraccionarlas en dos
aplicaciones, aplicando en la cobertera más temprana un 60-70% del total de la
dosis prevista.

Herramientas para
la ayuda en la toma de decisiones
Las necesidades de nutrientes a aportar al cultivo son variables,
influenciadas por el manejo anterior y por el manejo general, y deben adecuarse
a las características de cada parcela en particular.
A continuación, se enumeran de forma resumida, diferentes metodologías y
herramientas que permiten estimar las necesidades de nutrientes para cada caso
particular:
- Análisis del contenido en fósforo y potasio
asimilables en el suelo: Se
recomienda realizarlo cada 4-5 años. En base a estos resultados se plantea la
estrategia de fertilización de la rotación de cultivos de forma plurianual para
estos nutrientes. Debe considerarse, entre otros, el manejo de los restos de
cultivo, que son ricos en potasio, y las aportaciones de las deyecciones
ganaderas.
- Balance de nitrógeno: En los momentos clave de fertilización nitrogenada
del cultivo, antes de la siembra y en el momento de cobertera, se estiman las
entradas (mineralización de la materia orgánica, agua de riego, aplicación de
deyecciones, …) y salidas (extracciones de los cultivos, pérdidas por lavado y
volatilización, …). Este balance se puede complementar con el análisis del
contenido en nitratos del suelo previo a la cobertera.
- Medida de la biomasa producida a la salida de invierno. Para obtener una producción de colza adecuada, es
necesario disponer de una cantidad suficiente de biomasa antes de la parada
invernal. La dosis de nitrógeno a aportar en cobertera depende, principalmente,
de la cantidad de biomasa producida a la salida del invierno (se puede estimar
mediante recolección manual o utilizando herramientas de teledetección), del
uso de materia orgánica y de la producción prevista.
Bibliografía
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