Las predicciones indican que el cambio climático traerá periodos más frecuentes e intensos de sequía, acompañados de un previsible aumento de la temperatura global, junto con episodios más frecuentes de temperaturas extremas.
La zona mediterránea se considera un área especialmente vulnerable donde, según las previsiones, los efectos negativos del cambio climático se verán exacerbados. En esta área, la agricultura podría verse particularmente afectada, ya que abundan las zonas áridas o semiáridas cuya extensión aumentará con el cambio climático.
Dentro de la cuenca mediterránea, los países del norte de África sufren un aumento de temperatura de más de 0,3°C/década y se ha estimado que un aumento de 1°C en la temperatura media anual disminuiría el rendimiento del maíz aproximadamente un 10%.
El maíz es uno de los cultivos más importantes a nivel mundial; sin embargo, es especialmente vulnerable a las altas temperaturas y la sequía.
Además, las importaciones de maíz en la zona mediterránea constituyen una debilidad estratégica; concretamente, en España importamos la mayor parte del maíz que consumimos para alimentación animal y humana, lo que nos convierte en un país con dependencia para la alimentación animal y humana.
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