28/02/2024
Según las diferentes formulaciones, se buscan distintos nutrientes esenciales. Las tres principales materias primas que se encuentran en los fertilizantes son el nitrógeno (N), el fósforo (P) y el potasio (K), conocidos como macronutrientes. A partir de ahí, en función de la demanda se obtienen diferentes mezclas. La dificultad que existe en localizar algunas materias primas ha hecho que la industria se reinvente, explorando otras posibilidades.
Caladeros remotos de materias primas
De un tiempo a esta parte, el sector agroquímico de los fertilizantes se ha visto obligado a explorar nuevos proveedores y mercados menos tradicionales para poder cumplir con las demandas de nuestros agricultores. Lo cuenta Camino García Martínez de Morentin, directora general de AEFA (Asociación Española de Fabricantes de Agronutrientes): “En los últimos años hemos sido espectadores de acontecimientos que no esperábamos y que han condicionado el mercado y la producción agrícola. Esto ha dejado patente que siempre es necesario disponer de un plan B, y este contexto geopolítico, logístico y regulatorio impredecible impone una adaptación al medio y la búsqueda constante de nuevos proveedores e incluso de mercados menos tradicionales y el desarrollo de nuevos productos que puedan satisfacer las demandas y necesidades de los agricultores”.
Si hablamos de fertilizantes, la seguridad ante todo
La legislación juega un papel importante en este entorno, ya que cumplir con la regulación es fundamental para poder sacar a la venta los insumos, y además ocupa mucho tiempo y dinero a las empresas. Los cambios de normativa, que en un primer momento pueden parecer engorrosos, van orientados a mejorar la calidad y la seguridad de la industria.
Así mismo lo explica Henar García del Olmo (secretaria general de ACEFER), que hace alusión al Reglamento (UE) 2019/1009, y que ya en su momento supuso un gran desafío porque que trajo consigo numerosas modificaciones que sacudieron el mercado: “Estos cambios pueden influir en la manera de comprar, por ejemplo, comprar abonos con etiquetado CE o abonos que se rigen por la legislación nacional. En menor medida afecta al volumen comercializado, ya que el sector sabe que la fertilización es fundamental para la producción, y hemos de seguir ‘alimentando’ los cultivos si queremos mantener los rendimientos”.
Sí a la innovación, pero según a qué precio
Las modificaciones en materia de regulación, logística o calidad redundan en el precio. El mercado de los fertilizantes es uno de los más volátiles del sector agrario. Los agricultores no solo están pendientes de la calidad del abono, sino que tienen el ojo puesto en el bolsillo. Por lo general, agradecen cualquier mejora en la composición y las propiedades de los insumos, siempre y cuando no afecten demasiado al bolsillo.
Beatriz Sánchez Babé es ingeniera agrónoma y la gestora de una explotación agrícola llamada Santa María de la Carbonera (en Montalbo, provincia de Cuenca). Se trata de una empresa familiar: unas tierras que compró su padre y que también llevó su abuelo. Sabe que la innovación en materia de fertilización ofrece una posibilidad de mejora, pero siempre vigilando el presupuesto: “A la hora de comprar nitrogenados, buscamos la composición pero también el precio. Tanto en el de siembra como en el de primavera, tenemos que ir al céntimo. La presión que hay sobre los rendimientos hace que tengamos poco margen para probar cosas nuevas”.
En definitiva, la coyuntura actual en la compra de materias primas para la elaboración de fertilizantes agrícolas está determinada por una serie de factores geopolíticos, económicos y ambientales, lo que supone un desafío para los fabricantes de fertilizantes.
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