Según este documento, que presenta las proyecciones de mercado para la agricultura comunitaria en los próximos diez años, se espera que la UE siga siendo un exportador neto de productos agroalimentarios, además de autosuficiente en lo relativo a la mayoría de productos básicos. No obstante, la CE prevé cambios sectoriales, con una estabilización en la producción de cereales, ralentización en la producción láctea, disminución de la producción total de carne, así como aumento de la producción de aves de corral y de legumbres.
Asimismo, el informe prevé un cambio en los patrones de consumo de la UE: se espera que el consumo de carne disminuya marginalmente, principalmente en el caso de la carne de vacuno y de porcino, y que aumente el consumo de proteínas vegetales. En cuanto al consumo de productos lácteos, la perspectiva es que se mantenga estable, con el cambio de hábitos y la expansión de nuevos usos.
Las proyecciones de mercado para la agricultura de la UE se han elaborado con métodos de modelización agroeconómica, sobre la base de un entorno macroeconómico estable y con la previsión de que el crecimiento real en la UE se estabilice a medio plazo y que la inflación vuelva al nivel objetivo del 2%.
Estas proyecciones se basan en las Perspectivas Agrícolas de la OCDE y la FAO 2024-33, que plantean una ligera caída de los precios en el mundo real de los principales productos básicos agrícolas y una creciente demanda de los países de ingresos bajos y medianos.
Cultivos herbáceos
El informe vaticina que el uso de las tierras cultivables de la UE variará parcialmente hacia 2035, con cambios en el uso de la tierra de cereales y colza a habas de soja, otras semillas oleaginosas y legumbres, impulsados por una menor demanda de cereales para piensos y biocombustibles. Asimismo, se espera mayor superficie de tierras agrícolas dedicadas a cultivos permanentes, mientras que los pastos permanentes y las tierras en barbecho podrían permanecer estables.
En relación con los rendimientos de los cereales y las semillas oleaginosas, la previsión es que aumenten marginalmente de aquí a 2035, gracias a la evolución positiva de la agricultura de precisión, la digitalización y la mejora de la salud del suelo, compensando así los efectos del cambio climático, la menor disponibilidad y la asequibilidad de los insumos agrícolas.
La CE vaticina que la producción de cereales se verá impulsada por el maíz y la cebada, mientras que el trigo repuntará después de una disminución en 2024.
Por otro lado, la producción de azúcar tenderá a disminuir de aquí a 2035, impulsada por menores rendimientos de la remolacha azucarera y la tendencia de los consumidores hacia dietas con menor ingesta de azúcar.
Cultivos especializados
Según el documento, se espera que la producción de aceite de oliva de la UE crezca ligeramente de aquí a 2035, impulsada por el aumento de los rendimientos. Sin embargo, la previsión es que continúe la tendencia a la baja en el consumo de aceite de oliva en los principales países productores, aumentando en otros países de la UE.

En cuanto al vino, la CE ve probable que disminuyan la producción y las exportaciones de la UE, impulsadas por la reducción del consumo de alcohol por parte de las generaciones más jóvenes y el cambio de hábitos en las ocasiones de consumo.
Por su parte, la producción de frutas y verduras enfrentará desafíos relacionados con eventos climáticos extremos, el aumento de los costos de energía, las limitaciones en el uso de fitosanitarios y los brotes de plagas. No obstante, se espera que el consumo de productos frescos de la UE aumente, impulsado por una mayor concienciación de los consumidores sobre los beneficios de una dieta saludable. La producción de manzana podría permanecer estable, mientras que disminuiría la de melocotón y nectarina.
Aspectos medioambientales
El informe también analiza las implicaciones climáticas y medioambientales para la agricultura de la UE, derivadas de las proyecciones de mercado para 2035. Los resultados muestran una mejora en todos los indicadores ambientales y climáticos incluidos en el análisis, con una reducción proyectada en las emisiones de gases de efecto invernadero, las emisiones de amoníaco y el excedente de nitrógeno.