La principal enseñanza adquirida que señalan desde Fenacore a raíz de esta catástrofe sería la necesidad de retomar el pulso inversor en obras hidráulicas y embalses, cuyo déficit ronda los 3.000 millones de euros, y hacerlo a través de un ministerio con la responsabilidad, la experiencia y el presupuesto necesarios para la ejecución de estas infraestructuras públicas.
En opinión de Fenacore, esta transferencia de competencias resultaría determinante para agilizar las obras hidráulicas que permitirán mitigar las consecuencias de inundaciones devastadoras como las de Valencia, pero también contribuiría a evitar catástrofes tras precipitaciones tan persistentes como las de las últimas semanas, ayudando a su vez a almacenar el agua y a distribuirla durante las cada vez más habituales sequías.
Así se puso de manifiesto en la XXIII Jornada Técnica de Fenacore, en la que se presentó una batería de medidas para hacer frente a futuros temporales y que clausuró la secretaria de Estado de Agricultura y Alimentación, Begoña García.
En concreto, la propuesta de los regantes es que la Dirección General del Agua pase a depender del MITMA, ya que la prioridad de la planificación hidrológica debería pasar por cumplir con la ejecución de las actuaciones y medidas ya aprobadas en los diferentes planes de cuenca, mediante el Real Decreto 35/2023, de 24 de enero, donde se incluyen 27 obras de regulación.
Impulsar las inversiones hidráulicas
Fenacore recuerda que desde 1960 hasta el año 2000 se construían de media 182 embalses cada década, pero desde que en 1996 la Dirección General de Obras Hidráulicas del entonces Ministerio de Fomento pasó a ser la Dirección General del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, la cifra se ha reducido a poco más de 20 embalses por década.
Los regantes lamentan que el agua y las obras hidráulicas hayan ido perdiendo relevancia y presupuesto en la agenda política, como evidencia el hecho de que en las últimas legislaturas sus competencias hayan ido pasando por diferentes carteras ministeriales, sin que se hayan producido avances reales a la hora de ejecutar las actuaciones necesarias. Por ello, ven fundamental una transferencia de competencias para, además, aprovechar el potencial de los fondos europeos asignados en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
En este sentido, consideran que el MITMA ha demostrado su capacidad de gestión y ejecución de grandes infraestructuras y que su rápida respuesta tras la última dana refleja su solvencia en la planificación y ejecución de proyectos estratégicos.
En este escenario, los regantes alertan de que, sin inversión en infraestructuras hidráulicas, España no podrá garantizar el suministro de agua ni protegerse de los efectos del cambio climático, y animan al Gobierno a adoptar medidas urgentes.
Según el presidente de Fenacore, Juan Valero de Palma, “un 29,2% de infraestructuras hidráulicas de interés general no se han construido, pese a haberse aprobado en los diferentes planes de cuenca y contar con sus informes preceptivos. Si queremos garantizar el suministro y la producción de alimentos, así como estar preparados frente a futuras inundaciones y sequías, el Ministerio de Transportes debería asumir las competencias del agua en España. Las inversiones en seguridad hídrica son más necesarias que nunca”.