La ausencia de suministro eléctrico afectó en mayor medida a la ganadería intensiva, en particular a las granjas de leche y aquellas más tecnificadas, así como a los servicios administrativos asociados a la actividad agraria, apunta Asaja. En el sector agrícola, los principales problemas se registraron en los sistemas de riego y refrigeración, además de en las centrales y almacenes hortofrutícolas.
Asaja explica que, en líneas generales, no hubo que lamentar “grandes daños materiales en el sector agrícola, gracias a la resiliencia de los cultivos”. No obstante, en algunas zonas, como Valencia, se notificaron “problemas en sistemas de riego, ventilación en viveros y refrigeración de frutas y hortalizas, justo en un momento clave del calendario agronómico”.
Por su parte, el responsable de Frutas y Hortalizas de COAG, Andrés Góngora, señala que la ausencia de riego durante el corte eléctrico afectó, sobre todo, a “cultivos hortícolas que están recién trasplantados, además de a cultivos que están recién cuajados, como el melón y la sandía, y otros cultivos muy sensibles a la falta de riego, como el pepino”.
En el caso de la ganadería, Antonio Rodríguez, responsable de Ovino y Caprino de COAG, comenta que la falta de suministro eléctrico impidió desarrollar durante horas la rutina de ordeño diario, imprescindible para evitar afectaciones de salud en los animales en los sectores ganaderos de leche.
En otros sectores ganaderos, como el avícola, la preparación “ha evitado pérdidas millonarias”, según afirma Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos. Al contar con un alto nivel de tecnificación, su funcionamiento es altamente dependiente del suministro eléctrico, por lo que “buena parte de ellas cuenta con grupos electrógenos, que es lo que ha evitado un desastre, sobre todo en zonas como Castilla y León o Galicia”, añaden.
En cuanto al sector productor y exportador de frutas y hortalizas, desde Fepex indican que el apagón afectó particularmente a las oficinas, al trabajo en las centrales hortofrutícolas y al enfriamiento de las cámaras, aunque muchas empresas cuentan con grupos electrógenos que permitieron mantener el funcionamiento y se ha podido recuperar la normalidad en los almacenes.