En el sureste de Andalucía se concentra una de las mayores superficies de invernaderos del mundo. Este modelo de horticultura intensiva se ha sustentado en el uso de aguas subterráneas para el riego, lo que ha provocado la sobreexplotación de los acuíferos y el deterioro de la calidad de sus aguas. La salinización creciente de los acuíferos pone en riesgo la producción de muchos cultivos hortícolas que son sensibles o moderadamente sensibles a la salinidad y aumenta el riesgo de salinización/sodificación de los suelos a largo plazo.
Ante esta situación, se ha incorporado al sistema productivo el agua de mar desalinizada, por ser un recurso inagotable y seguro, de baja salinidad, que además puede contribuir a la recuperación de los acuíferos sobreexplotados por reducir las extracciones.
*En la imagen: Invernaderos de cultivos hortícolas. En el centro desaladora del Campo de Dalías. Imagen cedida por Nestor Cánovas.
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